La mesa de mamà
a Sarita, mi madre
a Sarita, mi madre
Esa intenciòn tuya de unir nuestras corduras
se hace savia en cada encuentro
de tanto lidiar logras tu cometido
Y se te ve en los ojos
esa felicidad sencilla del amor legitimado.
Que alegrìa las tertulias del domingo
juntos construimos puentes
donde la confianza da un gran paso.
Vos
ceremoniosa desde la cabecera
unificas
las voces disonantes
timbrando conformidad
sobre el mantel floreado.
Tus
gestos generosos
detienen
el mundo en un instante
tus panes tienen alma de guerrera,
de esas que
luchan usando escudos
y no
armas,
tu café revolotea en los pocillos
y nos embriaga en consonancia.
En piè, casi estoica
sos un culto al asombro
de tantas noches sin sentido
èste coral de esperanza que propones
nos vigoriza el alma.
Liliana Calvo copyright 2012