viernes, 20 de noviembre de 2015

Día de la Música

El 22 de Noviembre se celebra el Día de la Música, aquí en  homenaje a la misma y al cuadro del pintor holandés J. Veermeer, "La Lección de Música", comparto un poema inspirado en ambas:



domingo, 26 de julio de 2015

Casamadre
                A la Abuela Sara


Amanecías
cuando el sol se asomaba
en las anchas veredas de Nazarre.

Y vos
 caminando sigilosa
entrabas en la casa.

Esparcías a tu paso
 borbotones
de vida.

Aún recuerdo
 tus manos hundidas en la masa
 creando las mil formas.

En el vestíbulo
 inundabas el aire
 con el aroma al pan recién horneado
y tu sopa  caliente.

 La entrega de bocados de ternura cada día y una voz firme.

Hoy abuela
amanecí sola  frente a tu ventana
y desde el patio tus flores del jazmín
se asoman para saludarme.

Son un buen signo.

Cierro tu casa y me despido.
Piedra libre al dolor, me digo.
Llevo
 mi mochila  repleta de alentadores presagios
Y  tu  fuerza
acariciando la espalda de mi madre
 también la mía.

Liliana Calvo copyright 2009

  Imágen  Fraiches du Jardín, cuadro de Alberto Linch
1851-1912
fuente https://es.wikipedia.org/wiki/Albert_Lynch

miércoles, 10 de junio de 2015

Otro día para celebrar

Son los primeros amigos de nuestra infancia, con quienes compartimos juegos,
 descubrimientos, momentos difíciles ,  alegrías varias, creciendo juntos...


Esperanzas  vinculadas en la orilla

Abandonados al amor  esas noches veraniegas
entregabas  tu frescor en travesías
abrazando pedregullos en tu ensombrecida naciente.

Espumita gallarda  correteabas
por el borde del abismo
sembrando  júbilo en las pestañas
y serenidad en nuestras
almas inquietas .

Hoy vuelvo a tu costa recordando esos días
donde juntos compartimos  soles
y  acariciamos guitarras
al son de “Spinetta y su muchacha”.

Tendidos con el corazón en las manos
soñamos futuros en el esplendor
de un Febrero.
Liliana Calvo copyright





lunes, 1 de junio de 2015

El reino de la solidaridad


Por Fran Ogando Ossani

Había una vez...
 En un palacio en Polonia, había un rey y una reina .
Se llamaban Abel y Mabel que no eran solidarios.
Un día vino el esclavo José  y  le preguntó a su majestad : me podría ayudar con mi familia  no tenemos comida no tenemos dinero . Yo ofrezco mi trabajo y mi estudio a cambio  de tener una escuela para mis hijos y una casa grande y bonita. 

Le seré fiel y trabajare en las buenas y en las malas
El tenia como único tesoro tres semillas de naranjo.
El rey y la reina casi no miraban a este esclavo, por que vivían encerrados en su mundo egoísta .Un día una gran tormenta arraso las cosechas y los frutos. El rey y la reina no sabían que hacer y entonces acudieron a José y él no fue egoísta , les entrego  sus semillas.
Y entonces  planto una semilla en el castillo, otra en los cultivos y la última en su humilde casita.

 De a poco ,crecieron y crecieron hasta convertirse en  grandes naranjos. Y así fue como se convirtió el pobre  José , en un príncipe,  y el rey y la reina le dieron una escuela para que estudien
 los hijos de él .
A los reyes les vino muy bien...
Y en todo el pueblo se olía un olor riquísimo a flor de Azahar…

martes, 21 de abril de 2015

La mesa de mamá


                                                                                         A Sarita, mi madre
Esa intenciòn tuya de unir nuestras corduras
se  hace savia en cada encuentro
de tanto lidiar logras tu cometido
Y se te ve en los ojos
esa felicidad sencilla, del amor  legitimado.

Que alegrìa la fiesta 
juntos construimos puentes
donde el amor da un gran paso.

Vos  ceremoniosa desde la cabecera
unificas  las voces disonantes
timbrando conformidad
sobre el mantel floreado.

Tus  gestos generosos
detienen  el mundo en un instante
tus panes tienen alma de guerrera,
de las que  luchan usando escudos
 y no armas,
tu café revolotea en los pocillos
y nos embriaga en consonancia. 
             
En piè, casi estoica
sos un culto al asombro
de tantas noches sin sentido
èste coral de esperanza que propones
nos  vigoriza el alma.


Liliana Calvo copyright 2012

Cuadro: Le Dejeuner

Claude Monet 1873

martes, 14 de abril de 2015

Llorar a lágrima viva de Oliverio Girondo

Llorar a lágrima viva
 
Llorar a chorros.
Llorar la digestión.
Llorar el sueño.
Llorar ante las puertas y los puertos.
Llorar de amabilidad y de amarillo.
Abrir las canillas,
las compuertas del llanto.
Empaparnos el alma,
la camiseta.
Inundar las veredas y los paseos,
y salvarnos, a nado, de nuestro llanto.
Asistir a los cursos de antropología,
llorando.
Festejar los cumpleaños familiares,
llorando.
Atravesar el África,
llorando.
Llorar como un cacuy,
como un cocodrilo...
si es verdad
que los cacuyes y los cocodrilos
no dejan nunca de llorar.

Llorarlo todo,
pero llorarlo bien.
Llorarlo con la nariz,
con las rodillas.
Llorarlo por el ombligo,
por la boca.
Llorar de amor,
de hastío,
de alegría.
Llorar de frac,
de flato, de flacura.
Llorar improvisando,
de memoria.
¡ Llorar todo el insomnio y todo el día !

lunes, 16 de marzo de 2015

La casa de las ventanas amarillas

"Es un hecho maravilloso y digno de  reflexionar que cada uno de los seres humanos es un profundo secreto para los demás.  A veces cuando entro de noche en una gran ciudad no puedo menos que pensar que cada una de aquellas casas envueltas en la  sombra guarda su propio secreto. Que cada una de las habitaciones de cada una de ellas  encierra su propio secreto. Y que cada  corazón que late en los centenares de pechos que  allí  hay  es,  en ciertas cosas,  un profundo secreto para el corazón que más cerca de  él  late".
                                                    Charles Dickens


Éste poema está  dedicado a los seres queridos de mi infancia que compartieron ésta bella casa, bisabuelos, abuelos, tíos abuelos, tíos, hermano, primos/as.

La casa de las ventanas amarillas










Soñando círculos dorados
en el vestíbulo de la  puerta verde.
Nos regalábamos tiempo
en aquellos días.

De los zócalos
florecían deseos
anticipando  futuro
de manantial .

Nunca entendí porqué se escondía detrás de las persianas.
Mientras nosotras
deslizábamos ansias en el largo patio de columnas.
Eran tardes
de juegos inventados a la luz de siesta.

A las cinco
la reunión inspiraba a las tías abuelas.
las tazas
los cubiertos
las carpetas de hilo
hacían fila en el amplio comedor diario.

Algunas noches
el dolor suspiraba amargo.
En otras más plenas
la vida se  ilusionada al compás de una melodía.

Desde el fondo

los cercos del jardín simulaban un horizonte aún lejano.

Liliana Calvo