Don Manuel
Al
abuelo
Como
dolió tu ausencia
en esa niñez de colores.
Eras el mago de los cuentos.
Aparecían los dulces
brotaban como el agua de la Fontana.
Recuerdo cada fin de semana.
Cuando armaba el bolso,
qué alumbraba ilusiones
para ir a verte.
Sobre las veredas de Villa Devoto
un vuelo de origamis
sugería pliegos de esperanza.
De tu mano
la tiza blanca dibujaba rayuela,
en aquellos baldosones de la vida
despertando a
la primavera del 55.
Con
sonido arrollador se escuchaba,
tu
martillo.
Armabas novedades
prodigiosas,
sobre las tablas
del viejo taller.
En verdad
trepada a tu banquito,
era gigante
en
la pequeñez de mi inocencia.
Es que a tu lado.
Cada mañana
la
sorpresa me iluminaba el horizonte
de niña intrépida.
Con una
vuelta en el Carrusel del Parque.
Y con tu abrazo,
de pirulín azucarado
que me resplandecía el alma.
Hoy
Es una buena idea,
sentirte por un instante
nuevamente conmigo.
Liliana Calvo copyright 2008