A Sarita, mi madre
Esa intenciòn
tuya de unir nuestras corduras
se hace savia en cada encuentro
de tanto lidiar
logras tu cometido
Y se te ve en
los ojos
esa felicidad
sencilla, del amor legitimado.
Que alegrìa la
fiesta
juntos
construimos puentes
donde el amor da
un gran paso.
Vos ceremoniosa desde la cabecera
unificas las voces disonantes
timbrando
conformidad
sobre el mantel
floreado.
Tus gestos generosos
detienen el mundo en un instante
tus panes tienen
alma de guerrera,
de las que luchan usando escudos
y no armas,
tu café
revolotea en los pocillos
y nos embriaga
en consonancia.
En piè, casi
estoica
sos un culto al
asombro
de tantas noches
sin sentido
èste coral de
esperanza que propones
nos vigoriza el alma.
Liliana Calvo copyright 2012
Cuadro: Le Dejeuner
Claude Monet 1873