Soñabas con un vientre dulce, aquellos días de Noviembre. Al paso, tejías siete hebras de ilusión en cada vuelta. Desesperabas por dar a luz y alumbrar vida.
Es tu identidad de parto sufriente niña madre dadora gigante.
Madre: juro que esta tarde te pido el abrazo. Aquél que se perdió en la nostalgia de la pérdida. Qué el mandala azul nos ilumine a ambas constelemos juntas.
Llego decidida, a darte los jazmines, Y a cruzar miradas.
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